Y bien, supongo que espero unas palabras,
arrastrado a tus quimeras
por donde deambulan mis canallas
verdades, susceptibles al roce de tus manos,
mientras tú te escondes en la cueva de estaño
Ven, ven y denuncia tus intentos
en el encuentro casual de nuestro celo
Aunque fueses como las musas de Botero
o las flores del mal de Baudelaire,
estar contigo dignifica mis latidos
como el néctar de los abedules a la piel
Ven, ven y denuncia tus intentos
en el encuentro casual de nuestro celo
No había hablado pero ya me sentía atraído,
arrojabas luz de tu cuerpo como besos raídos,
ese primer encuentro crucificó mi ansias
y me volvió de golpe al purgatorio de tu estancia.
julio 2002
La perspectiva del autor
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario