Enterrado aquí, sintiéndome miseria,
¿O la hormiga ha crecido o simplemente he desaparecido?
Ni las aguas que juegan a limpiar mi karma me buscan este día para contentarme.
Sencillamente me estoy consumiendo en una olla a presión.
Repartiendo penas y cocinando desdenes con zanahorias,
las burbujas del ardor me recuerdan las veces, ah! todas las veces,
y me martirizo aceptando que la magia existe
y le cerré la puerta yo y luego fuíste tú quién la botó del cuarto.
pero no tardó en volvernos a encontrar
a recordarnos nuestras limitaciones
y que solamente en sueños,
solamente en sueños podemos vernos, tocarnos, sentirnos.
Solamente por las noches cuando todos se quitan la máscara.
Al morir al mundo, ahí lo alcanzamos.
Ahí nos olvidamos del miedo.
Marzo 7, 1999. 07:55 AM en el laboratorio
La perspectiva del autor
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