No me puedo permitir pensar en ti,
porque si cedo al sórdido pensamiento
evocando tus labios
mi mente trémula jamás descansará
repasando cada una de tus ofensas.
No me puedo permitir pensar en ti,
porque no te mereces uno solo de mis pensamientos,
porque eres fiel amiga del olvido
y cómplice de la falacia
que creaste seiscientos sescenta días.
No me puedo permitir pensar en ti,
porque tengo un sueño que culminar,
donde no hay lugar para las mentiras
ni las madiocres promesas de niñas retorcidas,
donde no hay lugar para ti.
Diciembre 17, 2007
La perspectiva del autor
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario